Encontrar el precio adecuado para los procesos de mi empresa
En muchas ocasiones nos encontramos frente a un dilema: ¿estoy dispuesto a pagar una cantidad determinada por un servicio o producto? Si el producto o servicio tiene alta demanda, entonces es posible que encontremos precios estandarizados y como en todos los casos, algunos que se salen de la norma porque son muy baratos o porque son muy caros. Y allí es donde viene el dilema: ¿si escojo el precio más bajo, la calidad será satisfactoria? O ¿si nos vamos por el caro, se justificará la diferencia?
Me parece que aquí no hay recetas. Hay personas y empresas que saben sacar provecho a las cosas baratas y otros para los cuales, un producto o servicio costoso es su única alternativa. No siempre se aplica el dicho: “lo barato sale caro”. Hay muchos otros factores que entran en juego.
Sin embargo, quiero concentrarme en un punto que me parece importante y al que muchas veces no se le presta atención cuando se está comenzando una empresa: el orden en los procesos. Tarde o temprano, si no está bien abordado, empezará a ocupar el centro de las preocupaciones, desplazando de este lugar al objetivo de la empresa y poniendo en riesgo el crecimiento y finalmente el futuro.
Hay que preocuparse de los procesos, pero en su justa medida. Si no tengo una estructura que pueda soportar mi orden y crecimiento, tal vez me convenga que alguien más lo haga por mí. Me gusta mucho cuando nos llegan clientes que nos dicen que deben dar un salto porque la estructura de back office que tenían está llegando a un límite y que andan en búsqueda de sistemas y soporte que les permita seguir creciendo. También nos llegan clientes que escogieron no invertir en sus procesos y que de un día para otro requieren una revolución para poder ponerse al día y para los cuales “lo barato sí salió caro”.
¿Hasta dónde estoy dispuesto a pagar por el orden y control de mis procesos? Creo que no hay que ahorrar aquí. Mientras más ordenados los tenga, mejor control tendré de mi negocio y mejor información para la gestión. Con seguridad hay un sistema o servicio que me pueda apoyar en esto, pero si me voy por el barato y no tengo la estructura adecuada, estaré poniendo en riesgo mi crecimiento, porque en vez de preocuparnos por la calidad, por el cliente, estaremos preocupados por arreglar los “incendios” que se nos irán generando.
Tampoco se trata de escoger el más caro, sino de encontrar aquel que me conviene y me acompaña adecuadamente en mi crecimiento.